miércoles, 7 de septiembre de 2011

La selva baja

La selva baja

Este otro tipo de selva también es común en México, en lugares donde la temperatura es alta. Se localiza con frecuencia sobre laderas de cerros, donde el suelo es pedregoso y poco profundo. Los árboles que crecen allí miden entre cinco y doce metros como máximo; los más comunes son el pochote, el copal, el cuajiote, el palo blanco y el torote.

En la selva baja sólo hay dos estratos. El primero está constituido por arbustos, musgos y helechos, pero son escasos pues aun cuando los árboles dejan pasar poca luz hasta el suelo, no hay lluvias constantes, lo que impide el desarrollo de la flora. En algunas regiones también se desarrollan cactáceas.

El segundo estrato lo conforman los árboles, cuyos troncos delgados y retorcidos ramifican a corta altura, formando anchas copas que se unen en un techo verde del mismo nivel.

Sus cortezas tienen colores amarillentos o grisáceos brillantes, mientras que sobre sus ramas crecen algunas plantas trepadoras y epífitas.
Una característica representativa de este ecosistema, es la presencia de una época seca que se prolonga por más de seis meses. Durante ella, los árboles pierden sus hojas y desaparece la humedad.

Así, se distinguen de inmediato las diferencias en el paisaje, ya que en la época de lluvias la vegetación es verde y frondosa, en tanto que en la temporada seca todo se ve gris y árido.

Entre la fauna de la selva baja se encuentran el puma, el venado cola blanca, el coatí, el zorro gris y el jabalí. Las aves más comunes son la chachalaca, los colibríes y las cotorras.

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