lunes, 5 de septiembre de 2011

Los estratos de la selva


Los estratos de la selva

Si te pararas en medio de la selva, verías que está dividida en tres capas o estratos de vegetación, cada una con diferencias respecto a la temperatura, la cantidad de luz y la de agua que reciben.
Aunque es posible distinguir una capa de otra, las tres se relacionan entre sí como partes del mismo ecosistema. Para explicarte esta división, hablaremos de los estratos, uno a uno: el emergentela bóveda y el monte bajo.

Empezaremos por la capa superior o emergente, donde destacan las copas de los árboles más altos, que llegan a medir 45 metros y crecen alejados unos de otros. Con frecuencia es difícil identificar la especie a que pertenecen, pues sus hojas, flores y frutos se encuentran a gran altura.

La mayoría de los troncos de estos gigantes, no son muy anchos y una vez que sobresalen de la copa de los árboles de menor tamaño, extienden sus ramas. Entre ellos se encuentran la ceiba, el cedro, la caoba y el chicozapote.



Aquí la temperatura es muy alta. Por ello, aunque los árboles gigantes son los primeros en recibir la lluvia, ésta se evapora con rapidez. Sin embargo, sus hojas son pequeñas y duras, así logran absorber y acumular el agua.



El viento sopla con enorme velocidad, moviendo las copas de los árboles de un lado a otro; durante algunas tormentas, puede ser tan fuerte como para derribarlos. Sin embargo, la mayoría de árboles gigantes tiene unas salientes en la base de su tronco, llamadas contrafuertes, que como si fueran raíces endurecidas y gruesas detienen al árbol, pues le ayudan a distribuir su peso.

Así, a pesar de que sus raíces no son profundas, el árbol tiene mayor estabilidad y resiste a la fuerza del viento.

Las ramas de los árboles más altos son débiles, aún así son el lugar preferido de algunos animales. Los más comunes son las aves de rapiña como el halcón gris, el águila arpía, la lechuza y el búho. Todas ellas son carnívoras y bajan continuamente para cazar su alimento.
Allí abundan árboles que miden entre diez y treinta metros de altura y crecen muy cerca unos de otros, de manera que sus ramas no pueden extenderse mucho. Algunos de ellos son el mamey, el ramón, el palo de Campeche, el jabín y el zapote.

Estos árboles son el lugar ideal para los animales que pueden colgarse de las ramas; tal es el caso del mono araña, el perezoso y el oso hormiguero, quienes se columpian con facilidad de un árbol a otro utilizando su cola como si fuera un brazo más, incluso se sostienen con ella mientras buscan alimento.
En la bóveda también encuentran su alimento la ardilla, el murciélago y el mono saraguato. Ellos están muy bien adaptados a vivir en lo alto, así que no necesitan bajar al suelo.

En los árboles selváticos no pueden faltar aves como el tucán, la guacamaya y el perico cabeza amarilla, que son muy apreciadas por los colores de sus plumajes.
Algunas más son la codorniz, el pájaro carpintero, el colibrí y el trogón.

Los insectos son un caso especial, ya que pueden volar por lo alto, estar pegados a los troncos o cerca del suelo. En la selva tropical hay una enorme variedad, como luciérnagas, mariposas, hormigas, avispas, grillos y muchísimos más.
Lo mismo que otros animales selváticos, los insectos son muy importantes para la existencia del ecosistema. Un ejemplo de su función, es que al llevar el polen de unas flores a otras, colaboran en su fecundación.

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